Desde pequeño tuvo contacto con el arte, su perseverancia lo ha llevado a destacar en diferentes exposiciones
Por: Sofía de la Cerda
El camino para cumplir los sueños y objetivos es difícil; la incertidumbre de no saber si la decisión que se tomó fue la mejor. Eddin Cay, estudiante de Diseño Gráfico de la Universidad del Istmo (UNIS), quien arriesgó todo para encontrar una alternativa para cumplir sus sueños y esto le permitió encontrar su pasión.
Su padre es un reconocido pintor y escultor guatemalteco, por ello, desde muy joven estuvo expuesto al arte, lo cual fue muy importante para él. Sin embargo, el proceso para llegar a ser el artista que soñaba no fue fácil. En el segundo año de carrera tuvo que dejar sus estudios por razones personales. Pero, esto no evitó que perdiera la vista de su objetivo: graduarse de diseñador de la Universidad del Istmo.
En este periodo, utilizó su arte como un soporte para cumplir sus sueños: para poder estudiar la carrera que quería creó piezas para venderlas. Esto lo ayudó más allá de lo económico, lo instruyó como artista.
“Estudiar Diseño Gráfico me ha hecho crecer y evolucionar”, comenta. Además, le ha permitido ver el arte desde un enfoque nuevo e incluir algunos conceptos propios de la carrera en sus obras.
La técnica que eligió es poco conocida en el mundo. Innovó en su país al utilizar materiales especiales como son las tintas a base de alcohol. Sin embargo, ha representado un obstáculo; las herramientas que necesita no siempre las puede encontrar en Guatemala.
En el año 2020 encontró su estilo y forma de arte. La forma en que cómo llegó a encontrar esta técnica fue a través del consejo de un amigo quien le recomendó ver sus intereses en Instagram entre los cuales descubrió esta técnica y se lanzó a investigar sobre esta misma.
Por medio de esta técnica, Eddie busca transmitir un mensaje profundo sobre lo que cree que hay en el interior de cada persona. Al hacer esto espera que su arte sea distinto a otras y que sea algo con que el público pueda conectar. Su inspiración va de la mano con lo que sus obras reflejan: momentos, lugares y emociones. Cuando pinta su inspiración fluye con cada pincelada. “Cada obra es única porque los colores podrán ser los mismos, pero el movimiento no”.
Otra de las enseñanzas que marcaron en él un modo diferente de realizar su arte, fueron las constantes prácticas y repeticiones que le permitieron ir mejorando. Por este aprendizaje él pudo fundamentar su arte de manera en que va integrando todos estos conocimientos, para ir evolucionando sus obras y dándoles movimiento.
“Depende de una buena organización, voluntad y ganas de querer”.
Todo esto no solo es una simple técnica o modo de arte, sino que lo que él busca transmitir va más allá de lo simple. Dirigido a lo profundo de cada individuo, a reflejar lo que hay en el interior de la persona, para que así sus obras sean algo distinto y con el cual se puedan conectar.
Esta manera profunda de hacer sus obras lo han llevado a participar en distintas exposiciones y actividades como el Ron Fest, Fundación Margarita Tejada en el cual participó con otros cien artistas; y en Momentos de Rozas-Botrán 2021. En la cual él tuvo la oportunidad de lograr entrar en el catálogo de obras.
Su nueva meta es dedicarse al arte en el futuro, incursionando también en la escultura porque cree que no es imposible ser un artista en Guatemala. Considera que lo importante es buscar a su público y crear algo único, diferente, que destaque. Pero, el aspecto que resalta es dejar de tener miedo al qué dirán y aprovechar el gran beneficio que es tener un campus museo en la Universidad del Istmo.
"Es muy importante la perseverancia y la fe porque en algún momento tus obras van a llegar a ser muy grandes".
Como meta a futuro tiene el de poder exponer sus obras en algunas galerías de México para luego expandirse a otros países y ser reconocido internacionalmente.
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