Cuando comenzó la pandemia en el 2020, lo último que esperaban los estudiantes y docentes era que recibirán las clases en sus hogares. Para adaptarse al cambio la tecnología tomó el papel protagonista.
Por Isabella Cohee
Foto: UNIS
El 5 de marzo de 2020, Guatemala entró oficialmente en estado de calamidad, a causa de esto, la Universidad del Istmo (UNIS) se adaptó a este cambio por medio de las clases en línea. La pandemia cambió varios aspectos de la rutina cotidiana, pero también trajo lecciones.
A causa de ello, es muy probable que muchos de los lectores aquí presentes, tengan experiencia y conozcan muchas de las lecciones que nos dejó esta modalidad. Entonces, ¿cómo es que algunos miembros de la UNIS manejaron esta nueva modalidad?
La licenciada María Isabel Prado, quien imparte Formación Humanística (Forhum), explica: “A partir de la pandemia tuvimos que dar un cambio drástico en la metodología educacional. Teníamos que usar herramientas digitales que no estábamos muy acostumbrados a utilizar y acoplarnos al nuevo ambiente”.
Este cambio obligó a estudiantes y docentes a modificar la forma en que recibirían e impartirían material educativo, lo que obligó a muchos a aprender nuevas herramientas digitales como el software de chat de video (Zoom, Google Meet), plataformas para entregar tareas como BlackBoard, Google Classroom y otras herramientas para ayudar al aprendizaje creativo y mantener la atención del alumno, entre ellas, Kahootm y Genially.
Ahora, ¿cómo es que algunos estudiantes manejaron la nueva modalidad? Nicolle Betancourt y Gérman Gómez son estudiantes que cursan su segundo año de Comunicación y Periodismo. Llevan cerca de dos años y medio recibiendo clases en esta modalidad. “Nunca me esperé que por dos años estaría recibiendo todas mis clases por una computadora, pero me gustó mucho ya que me acoplé bastante a la modalidad, porque logré encontrar el orden en mi desorden”, comenta Betancourt.
Además, gracias a esta modalidad, ambos encontraron nuevas formas para ordenar mejor su forma de estudiar. Betancourt recomienda aplicaciones como Evernote y OneNote para mantener un mejor orden de sus notas y para realizar listas, mientras que Gómez utilizó otras aplicaciones para controlar y medir el tiempo entre períodos libres, ya que tenía muchas actividades extracurriculares.
“A partir de la pandemia tuvimos que dar un cambio drástico en la metodología educacional. Teníamos que usar herramientas digitales que no estábamos muy acostumbrados a utilizar y acoplarnos al nuevo ambiente”, comentó Prado.
Para Gómez, los mayores beneficios de esta modalidad fue la reducción de costos de transporte y consumo de alimentos y que una persona puede estar más cómoda a la hora de estudiar y recibir clases. Pero, también habían inconveniencias como saber cómo funcionaban ciertas plataformas o herramientas digitales. "A veces, ciertas páginas web no muestran cómo funcionan, por lo que se convirtió en un desafío tratar de averiguar qué hacer en ellas",
A pesar de que se encontraron soluciones para continuar con la excelencia académica, hay aspectos que la tecnología no ofrece como las relaciones sociales. "Es algo bonito poder compartir con los compañeros, el problema es que ciertas clases nos enfrentamos al problema de que no nos conectamos fuera de esos espacios. Es muy agradable volver a clase y encontrarme cara a cara con amigos”, concluye Gómez.
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