Las huellas de Dámaris Mejía

Los requisitos de graduación cambiaron la vida de una futura comunicadora audiovisual.

Por Paolo Rojas

Foto: Dámaris Mejía

Todo estudiante UNIS debe cumplir con 40 horas de acción solidaria. Esta experiencia no solo impacta en las instituciones, sino también en la vida de los estudiantes. Dámaris Mejía, estudiante de Comunicación Audiovisual, eligió la escuela de San Arturo en donde está el proyecto Dejando Huella San Arturo. Este tiene diferentes comisiones y la joven está en dos de ellas.

En 2018, emprendió este camino. Al comienzo brindó servicios como participante, poco a poco logró ser coordinadora del lado femenino. Este es un grupo de chicas quienes apoyan en los tres pilares de la escuela los cuales son escolar, comunicación y social.

“Cuando íbamos capturamos la sonrisa de cada niño para compartirla en redes sociales”.

Mientras que en el pilar social mantiene el contacto con las madres de los estudiantes y les notifica la información importante. Además, coordina un nuevo proyecto: organizar charlas para las mamás. “Ver la sonrisa de ellas también es algo que me hace feliz y poder decir que en realidad estamos dejando huellas en los niños”.

Foto: Dámaris Mejía

¿Cómo te acercó a este proyecto?

Recuerdo que nos hablaron de hacer 2 semestres de acciones solidarias de forma obligatoria, en ese momento pensé es mi primer año por que no sacarlo de una vez y a través de mi beca tengo un requisito el cual es brindar servicios a un proyecto solidario, de paso podía encontrar un proyecto para seguir manteniendo las acciones solidarias.

¿Qué es lo que más te gusta de este proyecto?

Lo que más me gusta de todo era que podía convivir con más estudiantes de la u. Ahora, por la pandemia ya no es posible. Pero, a través de los años que he estado en este proyecto pude conocer mucho sobre estas personas que viven a la par de la universidad, conocer otra realidad más y ver el esfuerzo y ánimo que los niños tienen por aprender. La felicidad que se les notaba cada vez que llegamos.

¿Cómo has completado tu formación como comunicadora?

Me ha abierto el panorama: la comunicación son muchas cosas no solo el transmitir un lenguaje. Cuando coordinaba el pilar de comunicación, era una tarea de comunista manager hacía espacios en redes sociales para contar las historias de los niños. Esto complementa toda mi formación académica ya que ponía en práctica todo lo que estaba estudiando. Creo que cuando se tiene una organización la estructura es esencial para poder llevar a cabo una buena comunicación.

¿Cuál es el Mayor reto que han hecho durante la pandemia?

El cambio de presencial y virtual fue difícil de adaptar así que iniciamos creando portafolios para tutorías y así mantener siempre las redes sociales activas. A Principio del 2021, se iniciaron actividades como libros de cuento y guías de trabajo para entregarle a los niños de forma física así ellos pudieran seguir practicando la lectura. Y este semestre iniciamos tutorías virtuales.

¿Cuáles son tus metas al comunicar sobre la escuela?

Mis metas en general son comunicar lo que se hace en la escuela y los proyectos con las madres. La meta más grande es que los niños se den cuenta que la educación es importante para desarrollarse y que con la voluntad e interés se puede encontrar soluciones. Para nosotras, las chicas, es una bendición que tenemos cosas que algunas personas no y la palabra solidaridad la reflexionamos a través de estas acciones y compartiéndolo.