La pasión por ayudar de cuatro alumnas de la Universidad del Istmo las unió para organizar el Manual Solidario para niños.
Por Luz Mariana Santa Cruz
Foto: MeetUNIS
Ammi Canle, María José Hernández, Paula Carranza, estudiantes de Comunicación y Periodismo, y Giovanna Rodríguez, estudiante de Derecho, decidieron organizar el proyecto de Manuales Solidarios del Voluntario para Niños, para apoyar a quienes viven en los hogares de Casa Bernabé, Valle de los Ángeles o Nuestros Pequeños Hermanos (NPH). El programa es en modalidad virtual.
Consiste en cuatro actividades: el cuentacuentos, una obra de teatro, una rifa que recaude dinero para comprar víveres y un taller de manualidades. El objetivo de estas es ser compañía y crear un ambiente donde los niños pasen un momento divertido y aprendan.
“El Manual de Niños trata no solo de proporcionar materialmente un sustento como la alimentación, útiles escolares y ropa. También, les da un desarrollo a nivel educacional y recreativo”, explicó Giovanna.
Foto: entrevistadas
La idea de participar en este talento surgió en 2021, a raíz del deseo de contribuir en algún proyecto solidario. Ammi y Giovanna fueron las primeras en atender al llamado de administrar la acción solidaria (“aunque fuera virtual”) , y así fue como la primera que se les unió fue María José. De hecho, esta es la segunda vez que las tres deciden colaborar como organizadoras del Manual fomentando el saber para servir.
“Tenemos esa intención de ayudar y proporcionar nuestros conocimientos y recursos a estos niños que lo necesitan”, comenta Giovanna. Además, este año con la integración de Paula han logrado tomar diferentes roles y distribuir las tareas dependiendo de las aptitudes de cada una. “Entre más mentes, mejor”, concuerdan todas.
“Si tienen la intención de ayudar y aprender sobre la situación social de los niños, la mejor manera es inscribirse al Talento”, comenta Ammi.
María José opina que la experiencia más enriquecedora de ser coordinadora es ver el interés genuino, la actitud de solidaridad y el esfuerzo de los estudiantes. “A la mayoría cuando se les pide planear actividades lúdicas son bastante creativos”.
Sin embargo, tiene desafíos, entre ellos es el aspecto que son “alumnas dirigiendo a alumnos”, por eso deben evaluar cuándo tomar el rol de maestra o estudiante. Otra complicación es planificar, ya que tienen que pensar en actividades adaptadas a las distintas edades; hay niños desde 3 años hasta adolescentes. Es por eso que los valores y las habilidades han adquirido en la Universidad del Istmo (UNIS) les han servido.
Agregan que la cooperación de los estudiantes de la UNIS les sería muy útil. Así lo hicieron algunos estudiantes que apoyaron en la compra de boletos para la rifa realizada a principios de abril. “Si tienen la intención de ayudar y aprender sobre la situación social de los niños, la mejor manera es inscribirse al Talento”, concluye Ammi.
Qué nota tan linda!!! Hay que apoyar a las personas que lo necesitan.